Puedes transformarte totalmente mediante la ira, mediante el odio, mediante la violencia. Y no hay otra manera, porque existes en la violencia, en la ira, en laavaricia, en la pasión. Donde existes, sólo ahí, comienza el camino. No te diré que crees no-avaricia contra tu avaricia; te diré que seas avaricioso totalmente, pero con total alerta mental; que seas violento, que te enfades, pero que seas total para que sufras totalmente, para que percibas todo su veneno. Tienes que pasar por el fuego. Nadie más puede pasar por ti; no es posible ningún representante...
Cada uno tiene que llevar su propia cruz. Jesús fue crucificado; él alcanzó su objetivo. Tú no puedes alcanzarlo. Tú tendrás que pasar por esa crucifixión... Y esta es la crucifixión: que tienes violencia, que tienes avaricia, que tienes celos. ¿Qué vas a hacer con ellos? La sociedad te enseña a crear el polo contrario. Tienes avaricia, reprímela y crea una mente no avariciosa. Tienes ira, reprímela. Empuja hacia atrás la energía y sonríe. ¿Qué sucede? La ira se va acumulando dentro de ti, y te vas volviendo cada vez más irascible... Se convierte en un depósito, y contra esta ira sigues sonriendo. Esa sonrisa se vuelve falsa, porque cuando la ira está dentro, ¿cómo vas a poder sonreír? Puedes sonreír, pero entonces será una sonrisa falsa. De modo que estás dividido en dos: una sonrisa falsa y una ira real. La sonrisa falsa se vuelve tu personalidad, y la ira real sigue siendo tu alma.
Cada uno tiene que llevar su propia cruz. Jesús fue crucificado; él alcanzó su objetivo. Tú no puedes alcanzarlo. Tú tendrás que pasar por esa crucifixión... Y esta es la crucifixión: que tienes violencia, que tienes avaricia, que tienes celos. ¿Qué vas a hacer con ellos? La sociedad te enseña a crear el polo contrario. Tienes avaricia, reprímela y crea una mente no avariciosa. Tienes ira, reprímela. Empuja hacia atrás la energía y sonríe. ¿Qué sucede? La ira se va acumulando dentro de ti, y te vas volviendo cada vez más irascible... Se convierte en un depósito, y contra esta ira sigues sonriendo. Esa sonrisa se vuelve falsa, porque cuando la ira está dentro, ¿cómo vas a poder sonreír? Puedes sonreír, pero entonces será una sonrisa falsa. De modo que estás dividido en dos: una sonrisa falsa y una ira real. La sonrisa falsa se vuelve tu personalidad, y la ira real sigue siendo tu alma.
En la almohada, escribe el nombre de tu enemigo, una foto de tu mujer o de tu marido sobre una almohada, y saca tu violencia. Golpea la almohada, mata la almohada, y haz todo lo que te surja. Y no tengas la sensación de que estás haciendo algo estúpido... Mira esta tontería, ve que así es como eres. Y si puedes ser real, tomarás conciencia por primera vez de la ira, de la violencia que hay escondida dentro de ti. Eres un volcán, y esto puede hacer erupción en ti en cualquier momento. Haz de tu ira un acto total en la meditación; notarás que llega de todo tu cuerpo. Si lo permites, entonces cada una de las células de tu cuerpo estará en ello; Todo tu cuerpo estará en una situación loca. Te volverás loco, pero permítelo, y no te frenes. Muévete con el río, y cuando el ciclón haya terminado, sentirás por vez primera un centro profundo dentro de ti. Sucederá una calma sutil. Cuando la ira se haya ido, no habrá arrepentimiento, porque no se lo has hecho a nadie. No habrá culpabilidad. Te habrás desahogado. Cuando se expulsa esta ira y llega el silencio, ese silencio es real, no forzado... Estás enfadado porque te estás perdiendo a ti mismo. Lo que es posible para ti no está sucediendo, y por eso estás enfadado. La muerte se está acercando, y tú sigues tan insatisfecho como siempre, y no parece haber ninguna posibilidad de que alcances la plenitud. Debido a esto, debido a que no estás realizando tus potencialidades, debido a que no has llegado a ser lo que puedes llegar a ser, estás enfadado, lleno de violencia. Y entonces sigues encontrando excusas. Arrojas tu ira a esto, a aquello. En realidad, no es una cuestión de ira, y si lo haces una cuestión de ira, tu diagnóstico será erróneo. Es una cuestión de autorealización. ¿Por qué es uno violento? ¿Por qué es uno destructivo? Porque está enfadado consigo mismo, con su mismo ser. Un buda es silencioso, no-violento, no porque lo haya practicado, sino porque ahora se ha realizado a sí mismo. Ahora la flor ha llegado a su florecimiento total, de modo que no queda nada por liberar. Está colmado. Queda un simple agradecimiento a la existencia. Ya no hay ninguna queja; nada está mal. Cuando floreces realmente, todo está bien. Cuando uno está a gusto consigo mismo, todo es bueno. No puede ser destructivo, sólo puede ser creativo.
Osho / El Libro De Los Secretos