... que repite…"Vivir con alegría
significa vivir más…”, y ahora, luego de incorporar conocimientos en Bio –
descodificación puedo asegurar que sí.
No solo alarga la vida, sino que mejora nuestra calidad de vida.
La alegría es prima hermana de la felicidad, la diferencia es que la
primera es más ostentosa, es como si tuviéramos que unir un montón de
situaciones para que se presente, la felicidad es espiritual, la califican como
una sensación permanente de bienestar.
Lo opuesto a la alegría es la tristeza, este estado de pena puede, a la
larga, provocar un desencadenante
físico, estimulando enfermedades en la piel, musculares, sanguíneos o puedo volverme diabético.
Si mi cuerpo rechaza la alegría de vivir, por supuesto que nada me sonríe,
no encuentro sentido al día que vivo, mi corazón se desgarra y no encuentro mi
lugar en el mundo.
Todos necesitamos ese condimento “intenso” que nos de calor en la boca, que
ilumine nuestra piel, que haga latir con fuerzas nuestro corazón.
La alegría de vivir fortalece la sangre, dándole fuerza y amor a sí mismo y
para los demás.
Me da el valor necesario para encarar nuevos proyectos… porque la vida me
sonríe.
Es un clásico cuando realizo una consulta que me pregunten: ¿cómo hago para
cambiar este estado? , pues no les puedo dar una receta, cada quien procede
según su cultura, conciencia y tradición, yo recomiendo el perdón, que se den
permiso a llorar y desahogar la opresión que tienen en su corazón, y luego, que
reconozcan que la vida es bella y que estamos rodeados de maravillosas personas
y magníficos paisajes. Algo que es muy efectivo… es sonreír con la mirada.
Les acerco una frase del Grupo Enseñanzas de El Secreto
A menos que te llenes de ti mismo primero, no tendrás nada que dar a nadie.
Por eso, es imperativo que tiendas hacia ti primero. Atiende hacia tu alegría
primero. La gente es responsable de su propia alegría. Cuando tiendes a tu
alegría y haces lo que te hace sentir bien, te conviertes en una alegría
andante y en un brillante ejemplo para cada niño y persona en tu vida. Cuando
sientes alegría, ni siquiera tienes que pensar en dar. Es un desborde natural.
Nancy B. Rodríguez
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