Hoy volveré a nacer: pido permiso.
Permiso útero, permiso cordón prieto.
Permiso agua, placenta, oscuridades.
No podrá retenerme la tibieza
plácida y calma del vientre cobijante.
No podrán disuadirme las presiones
de este túnel de carne que hoy me puja.
Con decisión inequívoca y sagrada
determino nacer: me doy permiso.
Y aquí estoy, desnudo de corazas,
dispuesto a recibir besos y abrazos
(no la palmada que provoque el grito:
ya no permitiré que me golpeen.)
Parteros de quien vengo renaciendo,
miren quién soy: soy digno. Los recibo.
Miren quién soy: adultamente niño.
Miren quién soy: vengo a ofrecer mi entrega.
Miren quién soy: apenas si respiro,
pero, de pie, me yergo y me estremezco,
dándome a luz en mi realumbramiento.
Tengo coraje para empezar de nuevo:
fortalecido en mis fragilidades
lloro de dicha, de dolor… Lloro de parto.
Lloro disculpas a quienes no me amaron,
por el maltrato, el frío, el abandono:
lloro la herida de todo lo llorable.
Y lloro de ternura y de alegría
por tanto recibido y encontrado:
lloro las gracias por el amor nutricio,
por la bondad de los que me ampararon.
Lloro de luz, y lloro de belleza
por poder llorar: lloro gozoso.
Bienvenida es vuestra bienvenida.
Sin más queja, dolido y reparado
por la caricia de este útero abrazante,
aquí estoy: recíbanme. Soy digno.
Me perdono y perdono a quien me hiriera.
Vengo a darles y a darme íntimamente
una nueva ocasión de parimiento
a la vida que siempre mereciera.
Me la ofrezco y la tomo. Me redimo.
Con permiso o sin él, YO me lo otorgo:
me doy permiso para sentirme digno,
sin más autoridad que mi Conciencia.
Bendito sea este Renacimiento.
Pablo Neruda
domingo, 29 de marzo de 2015
viernes, 13 de marzo de 2015
CARTA DE UNA MADRE A SU HIJA
Mi querida hija, el día que me veas vieja, te pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme. Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme “eso ya me lo contaste”, solamente escúchame por favor. Y recorda los tiempos en que eras niña y yo te leía la misma historia, noche tras noche hasta que te quedabas dormida.Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña... Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada... Recuerda mi querida, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida... El día que notes que me estoy volviendo vieja, por favor, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme... Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante... Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches... Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primero pasos... Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor... Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir juntas, te lo agradeceré... Con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido, sólo quiero decirte que te amo, mi querida hija...
TE AMO
TE AMO
Hola. No nos conocemos, pero te Amo.
Espera. No te asustes.
Sólo quiero decir: que me reconozco en ti.
Detrás de las palabras, de las historias, del ruido y los silencios, sé que yo soy lo que tú eres. La consciencia en sí, reconociéndose a sí misma como el 'otro,' así, el 'otro' no es ningún 'otro.'
Espera. No te asustes.
Sólo quiero decir: que me reconozco en ti.
Detrás de las palabras, de las historias, del ruido y los silencios, sé que yo soy lo que tú eres. La consciencia en sí, reconociéndose a sí misma como el 'otro,' así, el 'otro' no es ningún 'otro.'
Yo soy tú, en el sentido más profundo.
Te conozco íntimamente como yo mismo. Esto es Amor.
No somos dos convirtiéndose en uno, porque el uno nunca se divide. No estamos intentando conectarnos, sino conocernos profundamente como aquello que nunca puede desconectarse.
No sé nada acerca' de ti. Pero eso no importa.
Tu historia es secundaria a este Amor. Nuestras historias y futuros palidecen en comparación a lo que arde aquí.
Te conozco íntimamente como yo mismo. Esto es Amor.
No somos dos convirtiéndose en uno, porque el uno nunca se divide. No estamos intentando conectarnos, sino conocernos profundamente como aquello que nunca puede desconectarse.
No sé nada acerca' de ti. Pero eso no importa.
Tu historia es secundaria a este Amor. Nuestras historias y futuros palidecen en comparación a lo que arde aquí.
Somos amigos ancestrales; Amantes desde hace mucho tiempo. Los cuerpos han cambiado, el drama de la encarnación se ha agotado, pero el Amor ha sobrevivido.
Somos ancestrales, y sin embargo frescos. Presentes. Aquí.
E incluso si nunca nos volvemos a encontrar, te Amo, más allá de las despedidas y de los saludos. No puedo evitarlo. Es mi naturaleza.
Con Amor de ti mismo.
Somos ancestrales, y sin embargo frescos. Presentes. Aquí.
E incluso si nunca nos volvemos a encontrar, te Amo, más allá de las despedidas y de los saludos. No puedo evitarlo. Es mi naturaleza.
Con Amor de ti mismo.
*Jeff Foster
miércoles, 11 de marzo de 2015
LA FELICIDAD.
La Felicidad no está ni en el pasado ni en el futuro, es hoy.
La cosa más fácil, equivocarse.
El obstáculo más grande, el miedo.
El error mayor, abandonarse.
La raíz de todos los males, el egoísmo.
La distracción más bella, el trabajo.
La peor derrota, el desaliento.
Los mejores profesores, los niños.
La primer necesidad, comunicarse.
Lo que nos hace más feliz, ser útiles a los demás.
El misterio más grande, la muerte.
El peor defecto, el malhumor.
La persona más peligrosa, la mentirosa.
La mayor satisfacción, el deber cumplido.
La primer necesidad, comunicarse.
Lo que nos hace más feliz, ser útiles a los demás.
El misterio más grande, la muerte.
El peor defecto, el malhumor.
La persona más peligrosa, la mentirosa.
La mayor satisfacción, el deber cumplido.
El sentimiento más ruin, el rencor.
El mejor remedio, el optimismo.
El regalo más bello, el perdón.
El resguardo más eficaz, la sonrisa.
Lo imprescindible, el hogar.
El mejor remedio, el optimismo.
El regalo más bello, el perdón.
El resguardo más eficaz, la sonrisa.
Lo imprescindible, el hogar.
La ruta más rápida, el camino correcto.
La sensación más grata, la paz interior.
La fuerza más potente del mundo, la fe.
Las personas más necesarias, los padres.
La cosa más bella de todas, el amor.
La sensación más grata, la paz interior.
La fuerza más potente del mundo, la fe.
Las personas más necesarias, los padres.
La cosa más bella de todas, el amor.
Madre Teresa de Calcuta.
miércoles, 4 de marzo de 2015
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