Cuando tenemos recuerdos o vivimos hoy situaciones
conflictivas que nos hacen daño, queremos borrarlas de nuestra mente, y por lo
general las archivamos en un rincón o las escondemos en una cajita para no
verlas. Creemos que si no las vemos, no existen, pero… siempre vuelven!!! En el
momento preciso que revivimos una circunstancia parecida, o esa persona
aparece, etc.
Con el paso del tiempo la “cosa” crece… no se sabe como,
pero por más que queremos olvidar, siempre sale a flote, la llamamos karma,
mala suerte, desgracia … le adjudicamos todos esos nombres negativos, y siguen
presentes.
Ellos crean consecuencias, enfermamos, nos aislamos de
ciertas personas, actuamos diferente, no nos reconocemos!!! Y es entonces
cuando, nos arremangamos y decidimos sanar.
La mayoría de los conflictos se inician en nuestra más
tierna edad: la niñez, y traemos a cuesta esa pesada mochila hasta que el dolor
nos paraliza, y decidimos dejar caer, una a una cada piedra que contiene.
Cada uno encuentra la herramienta que más cómodo le queda:
oración, yoga, descodificación, psicología, meditación, aromáticas, etc.
Quiero contarles un recurso que me quedó en la mente de una
Lectura de Registros Akashicos que realicé, ellos aconsejaban ante una consulta
similar que limpie la casa… con toda la intención de limpiar su alma, decían
que cada habitación era parte del problema, y que vean como todo cambia al
barrer y purificar el ambiente.
Hace unos tres días una amiga muy querida me contó que esta
haciendo eso… y con excelentes resultados!!! No significa que sea fácil, sino
que con cada lagrima que cae, ella libera un dolor que tiene dentro, logrando
así, limpiar su alma de tanto pesar… Gracias amiga!!! Gracias!!!!
Nancy
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