La intención
¿Qué es la intención? Generalmente se cree que es un pensamiento sobre algo que quieres
lograr u obtener en tu vida, pero es más que eso. La intención es una forma de satisfacer una
necesidad, ya sea de objetos materiales, de una relación, de realización espiritual o de amor. La
intención es un pensamiento que te ayuda a satisfacer una necesidad, y lo lógico es que una vez que
la hayas satisfecho, te sientas feliz.
Desde este punto de vista, la finalidad de todas nuestras intenciones es sentirnos felices o
realizados. Si se nos preguntara qué queremos, tal vez contestaríamos «quiero más dinero». Si nos
preguntaran por qué, diríamos algo como «bueno, así podría pasar más tiempo con mis hijos». Si nos
preguntaran por qué queremos pasar más tiempo con nuestros hijos, podríamos decir: «Porque así
sería feliz». Esto muestra que el fin último de todos nuestros objetivos, es esa realización en el nivel
espiritual a la que llamamos felicidad, dicha o amor.
Toda la actividad del Universo tiene su origen en la intención. De acuerdo con la tradición
védica, «la intención es una fuerza de la naturaleza». La intención mantiene el equilibrio de todos los
elementos y las fuerzas que permiten al Universo seguir evolucionando.
La intención incluso orquesta la creatividad. Ésta tiene lugar en el nivel individual pero también
ocurre universalmente, esto permite que el mundo dé saltos cuánticos en su evolución,
periódicamente. En última instancia, cuando morimos el alma da un salto cuántico en la creatividad.
En efecto, el alma dice: «Ahora debo expresarme a través de un nuevo organismo o encarnación».
Así pues, la intención proviene del alma universal, se localiza en un. alma individual y finalmente se
expresa a través de una mente individual, circunscrita.
A partir de las experiencias pasadas creamos los recuerdos, que son la base de la
imaginación y el deseo, y como hemos visto, el deseo es la base de la acción. El ciclo se perpetúa a
sí mismo. En la tradición védica y el budismo este ciclo recibe el nombre de Rueda de Samsara, base
de la existencia terrenal. El «yo» no circunscrito se convierte en el «yo» circunscrito, cuando atraviesa
este proceso kármico.
Cuando la intención se repite, crea un hábito. Mientras más se repita la intención, más
probable es que la conciencia universal dé lugar al mismo patrón y manifieste la intención en el
mundo físico. Si recuerdas el apartado sobre física, una onda-partícula que está dentro de una caja
no observada es, simultáneamente, una onda y una partícula, y adopta una forma definitiva sólo
hasta que es observada; comprenderás que en el momento de la observación, la probabilidad se
transmuta en forma definida. Esta es la misma idea, sólo que cuando la intención se repite, es más
probable que el patrón de la mente no circunscrita se transmute siguiendo tu intención, y se
manifieste como una realidad física. Esto crea la ilusión de lo fácil y lo difícil, de lo posible y lo
imposible. Por ello, si realmente quieres trascender lo mundano debes aprender a pensar y a soñar lo
imposible. Sólo con los pensamientos repetidos lo imposible puede hacerse posible, por medio de la
intención de la mente no circunscrita.
La mente no circunscrita que está en ti es la misma que está en mí, o para el caso, en un
rinoceronte, una jirafa, un ave o un gusano. Hasta las piedras tienen inteligencia no circunscrita. Esta
mente no circunscrita, esta conciencia pura, es lo que nos da el sentido del «yo»,el «yo» que dice,
«soy Deepak», «soy un ave», el «yo» que dice quién eres o quién crees que eres. Esta conciencia
universales el único «yo» que existe. Pero ese «yo» único y universal experimenta un proceso de
diferenciación; se transforma en un número casi infinito de observadores y observados, espectadores
y escenarios, formas orgánicas e inorgánicas, todos los seres y objetos que conforman el mundo
físico. Este hábito de la conciencia universal de diferenciarse en conciencias particulares es anterior a
la interpretación. Por lo tanto, antes de que el «yo soy» diga «soy Deepak», o jirafa, o gusano, es
simplemente «yo soy». El potencial creativo infinito del «yo» organiza el «yo» comunal y lo transforma
en el «yo» que eres tú, o yo, o cualquier otra cosa que haya en el Universo.
Deepak CHOPRA
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