"¿Cómo puedo hallar a Dios?, le preguntó una mujer
Y Menjak le contestó:
Encontrar a Dios es más sencillo de lo que todos creen…
¿Alguna vez te has detenido para sentir? ¡Ese es el secreto!
Cuando abrazamos a quiénes amamos, Dios nos abraza. Cuando acariciamos con ternura, podemos sentirlo en los dedos.
En tanto logramos dar un beso con el alma, él se acerca a nuestros labios…
Un corazón sincero que ayuda a quiénes necesitan, lo invita a nuestro espacio.
Dios está en la mirada trasparente, en las manos de quiénes se entregan, en las lágrimas de quiénes se compadecen, en los susurros de quiénes rezan, en el milagro de dar vida.
Recuerda bien estas palabras: el encuentro del hombre con Dios no se produce en el terreno exclusivo de la religiosidad. También lo hace en el amor. Porque cuando existen sentimientos como aquellos, se pueden encontrar rastros de la divinidad en cada momento compartido".
Daiana Slipak.
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