lunes, 1 de septiembre de 2014

EL MAL NO EXISTE Por Ruben Cedeño.


El mal no existe, se disuelve decretando: “Le quito Poder”. El mal es el temor, la mala voluntad, la ignorancia, el odio el rechazo, la seapracion, la fealdad, la depresion, la mentira, la enfermedad, la pobreza la guerra, la opresión. Aceptar y afirmar la existencia del mal y decir que no se puede disolver es admitir todo esto y eso no se puede asentir, seria abrir la puertas de la perversidad. La metafisica es positivista y decreta: “Solo existe el Bien” y le doy todo el Poder.
Afirma el Maestro Koot Hoomi categóricamente en la Carta Nº 10, escrita de su puño y letra y que se conserva en el “British Library” y que he visto personalmente su manuscrito: “El mal no existe “per se”; no es más que la ausencia del bien y existe sólo para aquel que se transforma en su víctima”. Todos los estudiantes de metafísica del mundo nos plegamos a esta afirmación radicalmente, la creemos, la declaramos y predicamos, nos oponemos a aceptar todo lo contrario, ya que afirmar la existencia del mal es abrir las puertas a todo lo negativo y destructivo y como dice la “Gran Invocación” revelada por el Maestro Djwal Khul: “El imperio del mal debe terminar ahora” “Que se realice el Plan de amor y de Luz, y selle la puerta donde se halla el mal”. Esta es una afirmación que se debe hacer cada vez que alguien afirme la existencia del mal, haya desastres, situaciones destructivas, manifestaciones del odio o maldad, para combatir toda negatividad.
Si alguien afirma aceptar la existencia del mal es admitir por consecuencia todo lo que el conlleva que es desatar toda la perversidad y como “todo es mente” estas cosas se le manifestaran pero solo al que las acepta. Por eso son tan imperiosamente importates e insisto una y otra vez en las palabras del Maestro Koot Hoomi, que deben ser memorizadas y traídas a colación cada vez que se ofrezca: “El mal no tiene existencia “per se”; no es más que la ausencia del bien y existe sólo para aquel que se transforma en su víctima”.
Ruben Cedeño.

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