viernes, 29 de agosto de 2014

Fragmento de «El juicio de la existencia» , ROBERT FROST

Y desde un precipicio se proclama 
la reunión para que nazcan las almas, 
el llamado juicio de la existencia, 
el oscurecimiento de la Tierra. 
[...] 
Y las más ociosas se dan la vuelta 
para observar de nuevo el sacrificio 
de las que por alguna buena causa 
abandonarán de buen grado el Paraíso. 
Y sólo es elegido quien lo desea, 
habiendo escuchado la vida que le espera 
allí en la tierra, lo bueno y lo malo, 
sin ninguna sombra de duda. 
[•••] 
Tampoco falta entre la multitud 
un espíritu dispuesto a enfrentarse, 
heroico por su indefensión, 
a la enormidad de la Tierra. 
Pero al final siempre habla Dios: 
«Un pensamiento en la agonía de la lucha 
podría tener el más valiente por amigo, 
el recuerdo de que escogió la vida; 
pero el destino puro al que te abocas 
no admite el recuerdo de la elección, 
o de otro modo no sería terrenal la congoja 
a la que das tu consentimiento.» Y así, la decisión debe volver a tomarse, 
aunque la decisión final sea la misma; 
y el sobrecogimiento eclipsa al asombro, 
y por toda aclamación se hace el silencio. 
Y Dios ha tomado una flor de oro 
y la ha roto, y de ella ha extraído 
el lazo místico para ligar y unir 
el espíritu y la materia hasta que llegue la muerte. 
Y es la esencia de la vida, 
pese a nuestras muchas decisiones, carecer 
del claro recuerdo duradero, 
de que la existencia nos depara 
sólo lo que de algún modo escogimos; 
y así nos vemos despojados de orgullo 
en este sufrimiento con un único final, 
y lo soportamos abatidos y desconcertados. 

ROBERT FROST 
Fragmento de «El juicio 
de la existencia» 


No hay comentarios:

Publicar un comentario