jueves, 3 de julio de 2014

El dulce más dulce.

Hace un tiempo, cuatro años atrás,yo estaba en una etapa de cambio, porque me había cansado de preguntarme diariamente: ¿ porque a mi?. Me sentía abatida por mi pasado, muy dolida y sin energía, con mi pobre cuerpo colapsado, sintiéndome mal y sin un diagnóstico medico a quien culpar.
Llegué por esas cosas de la vida, a una doctora que me "recetó" clases de yoga, a lo cual yo me negaba, porque sentía mucho dolor físico, ella me insistió, y encontré a una persona magnifica que me hizo vivir montones de momentos especiales en sus clases. Un día nos sorprendió anunciando que ibamos a tener una meditación al finalizar la rutina, y emocionada me esmeré haciendo el saludo al sol, esperando el gran momento.
La meditación fue hermosa, nos enamoramos de una llama limpia y dorada en el centro del grupo, todas inhalamos amor, y expirábamos dolor, yo sentí que la felicidad y la paz habían por fin llegado a mi espíritu, y que nada malo podría pasarme, que mi cuerpo se había liberado de todo lo negativo, y que ya no había lugar en mi, para ese sentimiento de fracaso que antes me habitaba.
Ese mismo día fui al mercado, elegí mis comestibles y me sumé a la fila de la caja. Frente a mi había un hombre, vestido muy humildemente, con una botella de vino en una mano, y una bolsa con un trozo de carne en la otra. Giro de golpe, me miró y sonrió. En mi mente llegaba el sonido de la vos de mi padre que decía: ¡¡¡es un hombre, se cortés pero no lo alientes, ellos ven a las mujeres como objetos que los satisfacen, nada más!!!, pero yo , desoyendo esa vos, sonreí, y no me moví de mi lugar tomando distancia.
El hombre estaba inquieto, miraba a un lado y al otro, hasta que se me acercó un poco más y me dijo con mucho entusiasmo: - Hoy es mi cumpleaños!!!, hizo una pausa y agregó, - Vienen a comer a mi casa mi hija y mis nietas!!!, su sonrisa era enorme!!! , luego me contó que por un montón de problemas hacia mucho tiempo que no las veía, que prepararía pastas, y no se que más...
Cuando llegó a la caja, tomó dos dulces del exhibidor, me dio uno a mi, y otro a la cajera, y vi materializado lo dulce que tiene preparado para mi la vida, que esas voces que me reprimían , si bien las respeto, las acataré cuando lo considere útil, y que ese soltar lo negativo me preparó para recibir lo mejor que Dios tiene preparado para mi.
Salí del mercado feliz, y endulce mi viaje a casa, con el mejor dulce más dulce que he recibo !!!
Nancy

2 comentarios:

  1. Que lindo!!!!!!! Hermosa tu historia, creo que todos tenemos ese tipo de experiencias pero nunca nos detenemos a percibirlas y las guardamos en la caja del pasado como algo más de la rutina.
    Que lindo!!!
    Gracias, gracias, gracias!!!

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  2. Gracias a vos, por estar, Abrazo!!!!!

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