martes, 15 de julio de 2014

Por miedo a caer.


Hoy caí en cuenta del peso que llevamos a cuestas por el hecho de tomar ciertas actitudes, lo hacemos por inercia, ya lo he instituido y no era consiente de las consecuencias.
Cuando yo era una beba, ( para quienes me conocen les comunico que si, fui pequeña alguna vez ) según cuenta mi madre, yo casi no andaba, cuidaba mis ropas, las cuales llegaban al final del día impecables, y lloraba si me caía...  porque me ensuciaba las manos!!!
Me acostumbré a caminar sobre seguro, lento, mirando el camino, si veía una piedra, la rodeaba, y no tomaba grandes riesgos por temor...
Ya de adulta esas mismas reservas de avance se trasladaron a la toma de decisiones, no caer dos veces con la misma piedra es mi lema , y eso implica el tener muy, pero muy buena memoria. 
Que me hicieron, que hice, donde, que firmé, y para beneficio de quien... todo está registrado en esa maravillosa maquinita que se llama cerebro, con toda la precaución de actualizar los datos, porque todo con el tiempo cambia, la gente utiliza otras técnicas para manipular o conquistar para el bien propio, cosa que me parece lógica, porque la actitud básica de cualquier ser que pise este planeta es la supervivencia.
A lo largo de mi vida todo ese paquete comenzó a pesar, y mucho, pues, si no quiero caer, es potencialmente importante saber que tengo frente a mi, y el dolor se hizo presente con mucha fuerza.
El perdón es mi salvavidas!!!! el me dio paz, porque el pasado estuvo presente siempre, lastimando y advirtiendo con sus luces rojas y verdes, permitiendo el avance o colocando una barrera impenetrable para protegerme, ... de caer nuevamente. pero con esta actitud, me doy cuenta que no tuve más de una vez, una segunda oportunidad, que me guardé rencores que ya son obsoletos y que siguen ahí, molestando e impidiendo el paso... 
Liberarme y permitirme vivir sin esos fantasmas son mi proxima meta, veo ya el futuro con otros colores, quiero mirar el paisaje, no el piso, se que me voy a sentir extraña , pero vale la pena el intento...
Nancy



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