viernes, 18 de julio de 2014

Para poder llegar

Cuando yo me convencí, luego de hacer un largo estudio de pros y contras, de iniciar mi carrera de Terapeuta en Des codificación de enfermedades comenzó lo divertido, pues nunca hubiese sospechado las trabas mentales que debía saltear para llegar a mi primer Seminario...
Se dice que el inconsciente te pone a prueba de si quieres o no realmente hacer algo... pues yo superé templadamente esa prueba.
Hice todo los "deberes" : confirmé mi presencia, aboné en el banco mi curso, compré el pasaje,( yo vivo en la ciudad de Tandil y tenía que viajar a Capital Federal, unos 370 km), acordé con mi hijo que iba a pasar en su departamento 3 noches... listo!!! ya está!!! 
El primer problema se presenta cuando llego a la estación terminal de ómnibus, "creí" escuchar un horario... y el bus salía 15 minutos antes, por lo tanto, llego y ya se había ido, que hice? le avisé en boletería que iba a seguirlo en un taxi, si por favor el colectivo podría ir más despacio, porque yo en seguida lo alcanzaría, ellos me atendieron con mucha cordialidad y asi fue, avisaron, y en ese momento... comenzó mi viaje!!!
Subo al taxi y el hombre se me pone a contar de todas las persecuciones frustradas que ha tenido hasta ahora: ni una ves logré llegar al colectivo, decía... ellos van muy rápido, le dicen a los de ventanilla que hacen una cosa, pero hacen otra!!! - y yo estaba completamente segura de que estaba todo bien.
Cuando hicimos un trecho bastante largo, a mucha velocidad y la suma del viaje era superior al boleto de transporte, este señor para en la cuneta, y me dice: yo no la puedo llevar!!!! , gesticulaba con las manos en señal de impotencia, y yo sentía que estábamos a un paso de ubicarlo... pero el creía que no podía... y no pudo!!! yo pagué el viaje y... levanté mi brazo hacia la ruta, con mi dedo pulgar hacia arriba!!! 
Pensé: vos no me podes llevar... alguien podrá!!! e inmediatamente paró un camión con acoplado cargado de ladrillos!!!, miré la cara del joven que manejaba y subí!!!!
Hablamos todo el camino, y el viaje fue ameno... lento, caluroso y todo eso... pero ameno. Me dejó en una rotonda en la localidad de San Vicente, la parada del colectivo urbano esta a metros de alli, y recién habia salido, por lo tanto tenía que esperar una hora para el próximo... ese no era el problema, sino que debía pagar con monedas, y solo disponía de la mitad del importe !!! miré desesperadamente si había un negocio a quien recurrir para buscar cambio... nada. Molesté al inspector de la linea que estaba en su casilla para pedirle, y todo el grupo comenzó a meter sus manos en los bolsillos... pero me faltaban 5 centavos, 5 centavos hacían la diferencia entere quedarme allí o estar con mi hijo!!! 
Pedí nuevamente asistencia contándole mi problema, el escuchó pacientemente, y me dijo que lo solucionaría. Cuando subo al colectivo, el colectivero me dice que ya sabe que me falta esa moneda, busca en su billetera y la coloca en mi mano... milagrosamente se materializó!!! 
Nunca me perdí, nunca alguien me hizo atemorizar, nunca perdí la seguridad de que esa noche cenaba con mi familia, llegué cuatro horas más tarde, pero con la confianza y la fe, de que ese era el camino que debía tomar.
Nancy


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